Solicitar la celebración de Misas a través de ACN – Ayuda a la Iglesia Necesitada no es solamente una manera de presentar tus intenciones personales, familiares o comunitarias ante Dios. También se convierte en un gesto concreto de solidaridad, ya que tu ofrenda apoya directamente a sacerdotes y misioneros que dedican su vida al servicio de la fe en países y regiones marcados por la pobreza, la violencia o la persecución.

De esta forma, cada Misa celebrada no solo lleva tu petición al altar, sino que también brinda un sustento esencial a quienes, con entrega y sacrificio, llevan esperanza y consuelo a comunidades que enfrentan grandes carencias materiales y espirituales.

Los estipendios de Misa sirven a los sacerdotes para cubrir sus necesidades básicas

Con tu ayuda cubren sus necesidades básicas del día a día: alimentación principalmente. Con esta ayuda muchos logran acceder a la asistencia médica y medicinas que en ocasiones precisan y en el caso de sacerdotes ya mayores, estos donativos son su única fuente de ingresos para sus gastos de manutención.

En muchas regiones, los fieles son tan pobres que no son capaces de mantener a sus sacerdotes. Incluso a los obispos les faltan a menudo los recursos económicos necesarios para garantizar la manutención regular de aquellos. En estos casos, los estipendios de Misas son a menudo su único sustento. Los estipendios de Misas son donativos asociados a peticiones de celebración de la Santa Misa por personas difuntas, enfermos u otras causas.

Al estar estas misiones en sitios de extrema pobreza, los sacerdotes no tienen acceso a un apoyo económico, razón por lo cuál dependen de las donaciones que se hacen a través del proyecto Dona una Misa de ACN Internacional.

Cada intención de Misa es enviada a los sacerdotes que están en regiones remotas de misión o de gran necesidad material y espiritual.

Ofrece un Misa y con tu donativo ayudamos a miles de sacerdotes

Al hacer tu donativo a ACN – Ayuda a la Iglesia Necesitada apoyas a un sacerdote que se encuentra en situación de necesidad y/o persecución, pero es fiel al mandato del Señor: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc. 16, 15). Además, participas de los beneficios de la eucaristía celebrada por tus intenciones.